INSTITUTO DE INDOLOGÍA

SISTEMAS FILOSÓFICOS HINDÚES

Enrique Gallud Jardiel

 

Indian philosophy - Wikipedia

          Del hinduismo se han originado algunas de las filosofías más importantes del mundo, especialmente las diversas escuelas vedantistas. La palabra sánscrita para ‘filosofía’ es darshana, que significa «modo de percepción». Cada una de las filosofías afines al mundo hindú es un acercamiento espiritual al Absoluto cuya ejercicio requiere cierto tipo de vida, disciplinas éticas y práctica de técnicas de concentración, ya que la filosofía en la India no es meramente una materia de estudio, sino una actividad experiencial. Dicho de otra manera: en la tradición india la religión y la filosofía forman dos aspectos inseparables del mismo proceso y las personalidades que las impulsaron complementaron la reflexión y la especulación con el ascetismo y la mística.

          Dentro de la ortodoxia hindú se reconocen seis escuelas filosóficas. Tienen una base monista común, pero pueden llegar a tener perspectivas muy diferenciadas en cuanto a los grados de dualidad en un segundo estadio. Por escuelas ortodoxas han de entenderse aquellas que respetan en mayor o menor medida la autoridad de la literatura védica y las que reconocen una esencia divina en el universo. Por ello reciben el nombre de astika [creyentes].

 

SISTEMAS ORTODOXOS

Mîmâmsâ

          A la escuela Mîmâmsâ (literalmente «investigación») se le llama a veces Purvamîmâmsâ por oposición al Uttaramîmâmsâ o Vedânta. Aunque es imposible establecer una relación cronológica de las escuelas, el Mîmâmsâ se considera la primera porque es la que está más cerca de los Veda y analiza con una perspectiva parcialmente teológica las afirmaciones que en ellos se encuentran. Su finalidad primordial es interpretar los textos sagrados, considerados infalibles, y mostrar al hombre cuáles son los medios por los que debe buscar la perfección a través de las prácticas religiosas prescritas. Su concepto del Absoluto es pluralista y está fundado únicamente sobre la parte ritualística de la revelación, considerando que la correcta realización de los sacrificios rituales conduce inexorablemente al efecto deseado.

          Esta filosofía se compone de un método de discusión dividido en cinco partes: la determinación del tema que se ha de discutir (vishaya), las objeciones al mismo y dudas que se puedan presentar (samsaya), las opiniones contrarias (pûrvapaksa), las reputaciones y opiniones auténticas definitivas (siddhânta) y la relación entre las conclusiones a que se ha llegado y el texto mirado en su conjunto así como en sus diversas partes (sangati).

 

Vedânta

           El Vedânta (literalmente «fin de los Veda») está considerado como tal por cuanto es la expresión más decantada y completa de la doctrina védica. Presenta tres escuelas. El Advaita Vedânta presenta la esencia del monismo al afirmar la existencia de una única realidad: Brahman. Su punto de partida lo dio el filósofo Shankara con su obra Vivekachûdâmani, cuya aportación fue de tal importancia que eclipsó cualquier texto anterior. Considera al Brahman, como un elemento sin límites, no diferenciado, sin determinantes de ningún tipo. Cuando se manifiesta como creador, aparece como un dios demiúrgico comprometido con la labor creadora, con una serie de cualidades determinantes. Fuera de estas dos entidades todo cuanto hay es ilusorio y carece de auténtica realidad, porque la realidad, para ser plena, no puede ser efímera, ni tener limitaciones.

          La segunda rama del sistema, postulada por Râmânuja, es el Sisadvaita, el monismo o no dualismo cualificado. Este sistema admite que el mundo fenoménico goza también de cierta realidad, no tan pura como el Absoluto, que es indeterminado, lo que permite establecer tres categorías: lo divino, el alma o parte divina del hombre y la materia.

          La tercera variedad es el Dvaita. Es un sistema dualista, debido a Mâdhava, y apareció en una época muy avanzada respecto a los anteriores, con una fuerte influencia de la cultura cristiana e islámica. Este sistema tiene una base pluralista, afirmando que la realidad completa incluye el mundo fenoménico con todas sus implicaciones, de manera que el conocimiento es un producto de la propia consciencia del hombre.

 

Nyâya

          El sistema Nyâya fue expuesto por Akshapâda Gautama, considerado uno de los maestros religiosos de este kalpa o ciclo de la creación. Vivió en el siglo II y fue famoso por su elocuencia. Se le considera prácticamente el fundador del sistema.

          La palabra nyâya quiere decir regla, forma de interpretación, normas correctas del pensamiento. Suele traducirse como «análisis lógico» y el sistema tiene por finalidad establecer las normas del recto pensar y del adecuado conocimiento. Pero no es simplemente una epistemología Tiene un contenido metafísico y postula que el empleo correcto del análisis lógico conduce a la liberación del ciclo de nacimientos y muertes.

          Los lógicos distinguen dieciséis fases del raciocinio: el medio de prueba, el objeto de la misma, la duda, la intención, el ejemplo, la tesis, las premisas, la refutación por el absurdo, la determinación, la discusión, la disputa, la sutileza, el sofisma, los juegos de palabras, la objeción fútil, el punto débil. La finalidad es el bien supremo, es decir, la liberación del espíritu del error; desaparecidos los defectos del raciocinio, desaparece la tentación de cometer malas acciones y la posibilidad de acumular karma negativo.

          Los seguidores del Nyâya admiten cuatro principios de la verdad: la percepción, la inducción, la analogía y el testimonio. Su tendencia es empírica, defendió al brahmanismo frente al budismo y combatió intensamente al materialismo. Es un sistema pluralista que no considera la existencia de una realidad absoluta de la cual emana todo, sino que supone que la materia primordial tiene una realidad en sí misma con periodos de manifestación y de no manifestación.

          El Nyâya acepta la existencia de un Dios supremo, Îshvara, pero no hace énfasis en el estudio de su naturaleza.

 

Vaisheshika

          El sistema Vaisheshika es la exposición atomista del mundo. Se centra en el estudio del ser y de sus características, siendo por tanto un sistema ontológico. Se podría traducir por «distincionismo».

          Su base de pensamiento es la dualidad del mundo: hay una realidad constituida por átomos materiales que están en estado de indiferenciación y un Absoluto en el cual participa lo sagrado impersonal, el âtman o alma individual universal y lo sagrado particular, el âtman de cada uno. Es un sistema diferenciador y busca la forma de distinguir entre una cosa y otra, elaborando una teoría de las categorías de la realidad. Distingue entre las substancias espirituales y materiales. Estas últimas están compuestas de anu o átomos infinitamente pequeños, eternos e indestructibles, que están en continuo movimiento durante todo el periodo cósmico, uniéndose entre sí de dos en dos o de tres en tres, para dar lugar a moléculas. Los átomos difieren cualitativamente entre sí, formando hasta nueve substancias diferentes: fuego (anila), tierra (prithvî), aire (anala), agua (apa), tiempo (kâla), éter (akâsha), espacio (desha), espíritu (manas) y alma (âtman), ordenadas por dos fuerzas: el tiempo y la orientación según el espacio.

          Las substancias espirituales o almas son infinitas y eternas. Están dotadas de consciencia e inteligencia, mediante las cuales perciben el universo y están unidas a éste por dicha percepción. De la materia nacen todos los males y, en primer término, la necesidad de la reencarnación. El alma debe procurar liberarse de la materia; a tal fin contribuyen las prácticas del yoga y del ascetismo. El universo está compuesto de las nueve substancias antes mencionadas, que poseen a su vez atributos mediante los cuales se manifiestan: color, olor, contacto, numero, dimensión, separación, conjunción, desunión, prioridad, posterioridad, conocimiento, placer, dolor, deseo o aversión y voluntad. Mediante estos atributos obran sobre el espíritu y determinan las acciones.

          El Vaisheshika afirma la realidad del mundo exterior. El ritmo de la vida, las actividades del espíritu, las sensaciones, los sentimientos y los deseos son pruebas de la existencia del âtman o alma individual, que es substancialmente no creada e indivisible. Las almas son infinitas; el alma suprema es Dios, mónada infinitamente superior a todas las demás. Este sistema ontológico y deísta es un ejemplo de la existencia de tendencias positivistas indias.

          El fundador de este sistema fue Kanâda (siglo V a. de C.), considerado uno de los siete filósofos principales de la India, autor de los textos denominados Vaisheshikasûtra.

 

Sânkhya

          El Sânkhya (literalmente «enumeración») es un sistema muy antiguo, atribuido a Kapila (siglo VI a. de C.). Es un sistema dualista y racionalista, según el cual dos principios, uno espiritual (purusha) y otro material (prakriti), coexisten desde toda la eternidad. Es un sistema evolucionista, que sostiene que la vida en el universo se desarrolla desde las formas de existencia más inferiores a las más superiores.

          El Sânkhya hace una enumeración de las categorías de lo real, mencionándose veinticinco tatva o elementos, de los cuales veinticuatro son materiales.

          El objetivo de la vida, según este sistema, consiste en reconocer la naturaleza del purusha y de la prakriti y ser capaz de distinguir entre la consciencia pura y la información sensorial externa, para evitar el sufrimiento que produce la falsa identificación con el cuerpo, la mente, el intelecto y el ego. Es un sistema ateísta, sin figuras divinas, donde la liberación se consigue sin ninguna intercesión de gracia divina, sino mediante el conocimiento válido y la acción disciplinada.

 

Yoga

          El sistema Yoga (literalmente «unión») es declaradamente teísta y busca la unión con el Absoluto mediante la contemplación espiritual y la devoción. Su exponente más claro y preciso fue el maestro Pâtanjali, del siglo I de nuestra era, uno de los primeros de los que queda constancia histórica. Posteriormente, Gorakhanâtha, del siglo XI, fundó la tradición del Hatha Yoga, que es el prólogo indispensable para acceder al yoga superior que permite recorrer el camino hacia la liberación.

          Este sistema es muy similar al Sânkhya en cuanto a postulados filosóficos, pero introduce el concepto de divinidad, îshvara, y trata de establecer la unión del hombre con esta divinidad. Se centra en el dominio que el asceta ejerce sobre sus sentidos y sus actividades mentales. Es una disciplina espiritual rigurosa y un conjunto de técnicas practicadas para obtener dominio sobre las fuerzas del propio ser, asegurar el control del sistema psicosomático, adquirir poderes ocultos, dominar las fuerzas de la naturaleza y, sobre todo, para alcanzar la unión con la deidad o con el Absoluto.

 

SISTEMAS HETERODOXOS

          Paralelamente a estas escuelas existen multitud de otras variedades heterodoxas o de aceptación limitada en la antigüedad, aunque en el momento presente se han puesto de moda en Occidente, abundando sobre ellos mucha literatura, generalmente fragmentaria. De hecho, tanto el budismo como el jainismo y el sikhismo son formas del hinduismo apartadas de su ortodoxia, puesto que comparten con él la mayoría de sus postulados. Se las denomina escuelas nastika [no creyentes], lo cual no siempre es una apreciación precisa, como sucede en el caso del Tantra, que sí acepta la existencia de la divinidad.

 

Tantra

          Entre estas variedades de pensamiento destaca el Tantra, sistema conocido en Occidente como tantrismo, y que se basa en la utilización de elementos prohibidos para lograr la liberación y en el concepto de la unión sexual y espiritual del dios Shiva y la diosa Pârvatî como principios masculino y femenino del universo.

          Su objetivo es el mismo que el de los otros sistemas: la fusión con el Absoluto, pero mientras que las enseñanzas de los darshana requieren una larga serie de reencarnaciones para lograr su objetivo, el Tantra aspira a identificarse con la divinidad en la presente existencia. Este sistema especulativo y ritual trata de obtener el conocimiento salvador y la unión con lo divino mediante la ciencia esotérica.

          Se basa en el principio de la energía y de la manera de controlarla y se lleva a cabo mediante el ritual de adoración de la energía de Shiva, personificado en su shakti o energía femenina de la deidad. Admite dos principios increpados y eternos: el purusha u hombre primigenio y la prakriti o naturaleza que, mediante su unión, dan origen a todo el universo fenoménico. De esta manera el Tantra es la doctrina de los aspectos duales del Brahman único, que actúa a través de su trinidad de poderes: voluntad, conocimiento y acción.

          Tiene dos ramas, el Dakshinamârga o vía de la derecha, en la que se tiende a concentrarse más en la interpretación intelectual de los textos, y el Vâmamârga o vía de la izquierda, cuya técnica se encamina a dirigir toda la energía liberada en el acto sexual al fin cósmico de la fusión con la divinidad, admitiendo toda una serie de elementos que están proscritos de las vías ortodoxas, como el sexo, el vino, la carne, el pescado e incluso algunas plantas alucinógenas.

 

Shaivavâda

          Otra escuela heterodoxa es el Shaivavâda, conocido como shivaísmo de Cachemira, que mantiene que el dios Shiva es la única realidad; es consciencia pura que se manifiesta en multiplicidad como el universo. Esta consciencia es una unión de Shiva con su energía femenina.

          Existen diversas variedades de esta tradición filosófica, como las escuelas Pratyabhijña [reconocimiento] o Spanda [vibración]. Los principales promotores de estas escuelas fueron Abhinavagupta, autor de un importante comentario a la Bhagavad Gîtâ y de un tratado titulado Paramânthasâra, y Kallata, creador de la escuela Spanda y autor del texto filosófico Spandakârika, que fundamenta sus bases.

 

Chârvaka   

          Dentro del marco del hinduismo existen también escuelas materialistas, como los Chârvaka, llamados popularmente Lokâyata, una rama de filósofos materialistas que creen que el cuerpo es sólo una combinación de elementos (tierra, aire, fuego y agua) y que el alma es una manifestación temporal que surge de la configuración especial de la persona. Niegan la posibilidad de liberación, la infalibilidad de los Veda y las doctrinas de karma y renacimiento. Sostienen que el conocimiento es una función emergente de materiales complejos y la conducta del hombre se origina por las respuestas del hombre a los estímulos físico-fisiológicos. De manera general se denomina Chârvaka a toda doctrina que se ocupa únicamente de este mundo.

          Otra escuela semejante, los Vaibhâshika, no cree en la existencia del alma. Según ella, los síntomas de la vida se presentan cuando la combinación de la materia alcanza cierto grado de madurez.

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