INSTITUTO DE INDOLOGÍA

DARJEELING. BUDISMO EN LA RUTA DEL HIMALAYA

Juan Luis Salcedo

 
 
Siguiendo hacia el este de la cordillera del Himalaya, se llega a Darjeeling, en el Estado Indio de Bengala occidental, un lugar evocador, por muchos motivos, para los alpinistas.
El primer explorador de las montañas del Himalaya y de esta zona, fue el británico Shipton que también participó en las epopeyas de los intentos de ascensión al Everest de Mallory y sus compañeros, entre los años 1920 y 1940.
En aquellos tiempos, la aproximación era todo un viaje que resultaba una prueba de resistencia. Desembarcaban en Calcuta y subían caminando hasta Kalimpong, al pie del Himalaya. Desde este pueblo, encrucijada natural de caminos, se reagrupaban y comenzaban el ascenso desde la llanura hasta Darjeeling, emplazado a 2.200 metros de altitud. Aquí los británicos conocieron a los serpas emigrados de Nepal para trabajar en la construcción de la carretera, comprobaron su disposición al trabajo y su resistencia a la altura, por lo que procedieron a contratarlos en buen número. En Darjeeling dejaban la protección del imperio para cruzar la frontera de Sikkim, continuando por el camino natural que discurre por los valles del antiguo reino, entonces independiente. Atravesaban Gantok la capital y en una corta jornada entraban en el Tíbet.
Darjeeling era un acantonamiento militar importante del Raj, para el control de la frontera entre Nepal, Sikkim y Tíbet. En el año 1.850 se comenzó a cultivar una variedad de té autóctona y que por la climatología y condiciones del terreno, no crecen abundantes cosechas, pero sin embargo produce un delicado te negro, suave y aromático, uno de los mejores del mundo y el mas caro del mercado de la India.
En la actualidad Darjeeling sigue siendo un centro importante de comercio y turismo. El Instituto de montaña del Himalaya, centro de formación de guías, fundado por Tensing Norgay, el primer serpa que ascendió al Everest, imparte buenos cursos de escalada e himalayismo, y el museo del Everest tiene un encanto especial, pese a un cierto abandono.
A pesar de lo bulliciosa que puede parecer una ciudad comercial importante en la India, en Darjeeling se respira una atmósfera de tranquilidad y sosiego.
Entre todos los monasterios enclavados en sus laderas, algunos grandes y prósperos como el Samten Choling o el Sanga Choling, donde se imparten retiros espirituales, el gompa que más me ha interesado por el lugar apartado y tranquilo donde se encuentra, cerca del refugio de tibetanos, es el de Bhutia Butsy, el centro de la comunidad tibetana Bhotia. Fue fundado a finales del siglo XIX, por la comunidad de Phodang de Sikkim, en la ladera norte de la montaña. Las pinturas de las paredes del gompa de gran belleza y fuerza expresiva, están muy bien conservadas.
Si después de pasar unos días en esta sosegada ciudad, hacemos alguno de los numerosos recorridos por las montañas circundantes, podremos contemplar muy cerca el impresionante pico del Kangchenjunga de 8.596 metros, la tercera montaña más alta del planeta, rodeada de importantes picos para los que gustan de las ascensiones de riesgo.
Desde Darjeeling, por la mañana antes de que las nubes la oculten, podemos desayunar en la terraza del hotel, contemplando la gran montaña, ya que estamos a escasamente veinte kilómetros de la frontera de Sikkim y desde aquí podemos llegar en ocho o nueve jornadas caminando, hasta el campo base del Kanchenjunga.
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